miércoles, 28 de enero de 2015

Popi Spatocco de Aura!: "la música popular argentina es la expresión de lo que somos”

Entrevista realizada en un bar cercano a Radio Nacional, en el mediodía del 24 de mayo del 2013, mientras los cafés se enfriaban. Publicado en esa fecha en Raíces del Folklore.

Tiempo latente es el primer disco del trío instrumental Aura, formación compuesta por Popi Spatocco en el piano, Ricardo Cánepa en contrabajo y Facundo Guevara en percusión. Este auténtico seleccionado de músicos (aunque modestamente digan que no es así, su trayectoria personal avala este pensamiento) desde hace un año se junto con el objetivo de confluir en un proyecto que parte del respeto por las formas tradicionales de nuestros géneros folklóricos agregándole la impronta del amplio conocimiento musical que aporta cada uno desde su instrumento para darle una vuelta de rosca más a la música popular. Así este disco “tiempo latente” es una invitación a disfrutar nota a nota, en el ahora mismo, la riqueza de nuestra música abordada desde el lenguaje de este trío.

Popi Spatocco, Facundo Guevara y Ricardo Cánepa, son nombres propios de peso en la música argentina, estas grandes individualidades confluyen en un trío llamado Aura, que confirma aquella vieja teoría de la escuela de la Gestalt que dice que “el todo es más que la suma de sus partes”. Con frescura el trío renueva desde lo instrumental la música de raíz argentina y latinoamericana en un lenguaje tan sencillo como complejo, complejo en el pensar una estructura que en su desarrollo y por su claridad termina concluyendo en algo sencillo de decodificar, grato. Popi Spatocco en nombre del trío reflexiona sobre estas cuestiones y nos cuenta sobre las experiencias de Aura.

-  Hace un año aproximadamente se formó Aura ¿El qué convocó a los músicos fue usted?
Algo así. La idea surgió de una necesidad mía de dar un lugar para componer temas propios y también para volver al piano en el plan de hacer un disco instrumental, entonces llegado ese momento se dio la posibilidad de hacer una fecha en el Fondo Nacional de las Artes y pensando con qué músicos podía hacerlo en la primera persona que pensé fue en Facundo Guevara porque yo ya tenía mucha afinidad, nos conocíamos de hace tiempo y porque es un músico extraordinario. Él me dijo que sí con mucho entusiasmo. Ricardo Cánepa que es la tercera pata del trío surgió de un conocimiento que tuvimos con él durante la grabación del disco de Ligia Piro y cuándo se enteró que estábamos con el proyecto, que originalmente iba a ser un dúo de percusión y piano, me dijo: “tiene que haber un contrabajo”, así con esa naturalidad y buena onda. Me gustó mucho la idea porque evidentemente la formación del trío tiene una idiomática y una tradición en nuestra música que hace que sea muy versátil, es un formato muy funcional en el sentido que los tres podemos tocar con mucha libertad, sin que eso sea un problema.

¿Éste formato de trío es ideal para que se note el aporte de cada uno en este tipo de proyectos instrumentales?
Sí, sobre todo éste trío de piano, contrabajo y percusión. Quizá si fuera piano, bandoneón y guitarra no sería lo mismo porque serían tres instrumentos que se superponen en su funcionalidad armónica y que tienen distintas características, acá los tres tienen una funcionalidad específica y complementaria con los otros, eso hace que los tres podamos tocar con libertad, aportar ideas. Además está la personalidad y el enfoque de cada instrumentista que en éste caso yo creo que es lo más valioso, porque tanto Facundo como Ricardo son tipos que tienen mucha experiencia, mucho conocimiento de los géneros folklóricos, que eso es muy necesario para hacer esta música, porque es una música basada en esos ritmos pero con un desarrollo ulterior, entonces es necesario poder conocer la primera versión de los géneros para poder plantarse sobre ellos y poder reelaborar, recorrer nuevos caminos y creo que la experiencia de ellos dos en nuestra música argentina es muy importante para que las cosas puedan seguir con mucha naturalidad.

- Me imagino que este proyecto, al estar hecho por músicos que de alguna manera en lo laboral ya están realizados, ha de ser un proyecto que lo hacen por satisfacción o por la necesidad de plasmar lo que piensan musicalmente...
Cada uno de nosotros trabaja en cosas que nos gustan mucho, nos llaman para proyectos interesantes, eso hace que el motor de este proyecto sea aún más noble: los tres lo queremos hacer porque nos interesa la música y nos interesa tocar con los otros dos. Por otro lado nos da un espacio que no tenemos, es un proyecto muy personal, es un proyecto central dentro de lo que estamos haciendo y también involucra la posibilidad de investigar y decir cuál es nuestra visión sobre una música que queremos mucho.

- ¿Cómo es, a la hora de la composición, la elaboración del desarrollo del tema en función del mensaje que quieren transmitir de manera instrumental?
La característica que tiene el trío como proyecto en este primer disco es que son todos temas originales basados en nuestra tradición folklórica (N de R: excepto “Piedra y camino” de Atahualpa Yupanqui). Nosotros teníamos muy claro que lo que queríamos hacer es algo muy parecido a esto que salió, y eso significa que queríamos que fuera música argentina o latinoamericana pero sobre la base del respeto a los géneros folklóricos, sabiendo que los tres tocamos jazz y otras músicas. Queríamos también preservar esa identidad y condensar una idiomática que fuera verdaderamente argentina. Ese, sabemos, es un trabajo que impone un límite, que es sumamente productivo también porque implica una toma de posición estética previa que condiciona la composición y lo que uno etá buscando, pero lo condiciona de buena manera, es decir buscar, desarrollar y tratar de profundizar por un camino, lejos de ser un impedimento el límite es un potenciador. Dentro de eso vamos a tratar de hacer lo mejor posible. Muchas composiciones surgieron de la idea del género, de la chacarera, del gato, de la vidala, es decir crear una composición con respecto a esa idiomática y que además diga algo.

- Es decir que como base para la composición es importante el conocimiento de las formas de los ritmos sobre los que van a trabajar
Para nosotros es un valor enorme la forma de las danzas porque son de una perfección, de una nobleza estética, que sentimos que es muy provechoso respetar. No creo que tenga un mérito tocar una chacarera con una forma completamente distinta, en sí hacer una chacarera con 240 compases no tiene un valor en sí, tampoco lo tiene hacer una chacarera de manual. Nosotros preferimos hacerlo con la base como potenciador en el sentido de que el público también tiene una forma de decodificar esa chacarera por comparación y por contraste, en esto nos sentimos identificados con la forma que tiene de pensar la música Salgán, él nunca intento de ser revolucionario pero lo fue dentro de un clasicismo, fue como una revolución para adentro, ese tipo de miradas sobre la música es muy interesante y a veces no es tan valorado un tipo que es clásico, respetuoso de la tradición. Bach no era un revolucionario, era un genio, pero era un tradicionalista... no es que seamos Bach, pero es el concepto.

¿Cuándo armaron el trío pensaron deliberadamente en hacer algo que faltaba dentro de la música instrumental y tener una propia identidad o esa identidad se generó por la propia dinámica de los tres?
Ambas cosas. Creo que lo pensamos porque es buena la reflexión sobre lo que uno hace en términos estéticos. A veces tenés muchas ideas y tenés que elegir solo las mejores y para saber cuáles son las mejores tenés que saber en pos de que discurso estás desarrollando tu actividad. Con Facundo y Ricardo lo hablamos mucho porque ellos son músicos muy pensantes y todas estas disquisiciones les interesan como algo importante sin que sea la centralidad de la música, porque la centralidad de la música es la música. Todas estas cuestiones teóricas sirven para que la estética tenga otra contundencia, profundidad, una coherencia. Además nos damos cuenta que en este camino no llegamos a un destino, llegamos a preguntas más que a respuestas: ¿hacia dónde?, ¿cómo seguir? Es lo lindo de esto, sentimos que es un primer disco de varios, tiene un transcurso este proyecto.

Entre los temas que conforman “Tiempo latente” salvo Piedra y camino de Atahualpa Yupanqui, el resto son temas originales de Aura sobre ideas de Popi Spatocco. “Los temas fueron compuestos el año pasado para el trío, excepto la vidala Nuestra primavera que es de un grupo que yo tenía que se llamaba Gaucho, que me gustó rescatar” cuenta Spatocco.
Además de canciones que son parte de la música de raíz argentina, hay otras que recorren paisajes musicales latinoamericanos, sobre esto reflexiona Popi: “sentimos que andando por Latinoamérica en nuestras músicas, nuestros pueblos son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan. En la música eso es muy evidente: en las similitudes de los ritmos, el parecido inocultable de cual es la forma del lirismo que tienen los pueblos latinoamericanos. Es como una diversidad en la cuál subyace una identidad común, entonces nos atrajo mucho la cuestión rítmica y, sin ser especialistas en esas músicas, tomamos algunos motivos rítmicos, algunas ideas como para desarrollar obras con ese perfume y esa inspiración.

-        ¿Qué límites a la hora de innovar se ponen?
En ese sentido, no los hay, porque hay espacios para la improvisación. Quizá los límites son, obviamente, los límites de lo que podamos hacer y, tal vez, más que un límite haya una marca de personalidad que es que nos gusta hacer la música lo más sencilla posible, esto significa que puede existir una complejidad muy grande pero cuando es estrictamente necesaria. A pesar que hay muchísimas cosas de composición técnica e intelectual en los temas, como por ejemplo construcciones sobre micro modos, series numéricas y todo ese tipo de cosas, no es el centro de la música para nada, ni es el sustento. A mí me gustan esas cosas porque son como juegos intelectuales a la hora de armar pero si no sirven los descarto, si no tiene una coherencia el discurso, si el tema no tiene una razón de ser no sirve. Yo abono mucho a eso: que la música popular puede ser de mucha calidad pero comprensible para todo el mundo, no creo que uno tenga que hacer un curso de musicología para disfrutar de una obra, no adhiero a esa posición.

-        ¿Y por qué crees que a veces se hace esa distinción entre lo popular y lo académico?
Es una cuestión de entorno primero, es decir, de dónde esas músicas se representan, por ejemplo Piazzolla empezó a tocar en los teatros más importantes del mundo entonces se transformó en música clásica. Con Mercedes (Sosa) íbamos a tocar a los mejores teatros del mundo todos los años y acá tocó dos veces en el Colón. Para allá era la gran música Mercedes, parte de una música popular pero no tenía que pasar ningún examen para compartir un escenario con las grandes figuras de la música académica, acá hay un prejuicio muy grande en el cual se supone que la música académica es mejor que la popular porque también está imbuida de cierto ámbito social que la avala. Pero la música en sí, lo que se escucha no tiene esos límites, los músicos tampoco. La música es lo que se escucha, es belleza, emoción y pasa en los dos lados, a veces se tiene una visión como compartimientos estancos y no es así. Yo me canso de decir que cuando un pueblo comienza a estar orgulloso de sus artistas, de la música que sale de ese pueblo, va a significar que estamos orgullosos de nosotros mismos, porque es nuestra expresión, la música popular argentina es la expresión de lo que somos, entonces si no lo valoramos es una forma de no valorarnos a nosotros mismos. Además, la música argentina es muy rica, inclusive comparada con otras músicas de grandes países y afuera eso se ve, entonces hay que mover acá un poco una estructura mental, cultural.

- Aura es la voz de mando para entrar al ruedo en las danzas. Es el “ahora” ¿“Tiempo latente” tiene que ver con qué es la hora de este tipo de música?
Lo pensamos por ese lado y por cierta propiedad que tiene la música que es la de traernos al presente. Cuando uno escucha una música muy atentamente te encontrás vivo, de repente estás en ese lugar, sintiendo algo que está sucediendo en ese momento. Es algo filosófico quizá pero es algo que tiene valor, porque también sucede con otras músicas que las escuchás como al pasar o sin atención, uno puede estar en otro lado y estar escuchando. Me parece que la calidad de la música está hermanada con la calidad de la escucha y del tiempo de la escucha, entonces esa posibilidad de sentarse a escuchar el silencio y dejarse vivir por esa música es lo que para nosotros es ese tiempo que está latiendo ahí.

-  El momento presente se debe notar mucho en el vivo ¿Qué esperan de presentación del 24 de mayo en el Espacio Tucumán y qué es lo que ofrecerán?
Preparamos el material del disco más un tema más. Tenemos una expectativa muy grande de ver qué sucede con el público, porque imaginate que después de un año de trabajo, en definitiva uno hace música para los demás. Hacer música es un acto de vanidad y un acto de amor al mismo tiempo y necesitamos saber que la carta que estamos escribiendo sea recibida y ver que pasa porque ahí es dónde se completa el círculo. Por suerte las personas que escucharon el disco nos dan una devolución de la naturaleza que uno está buscando, una devolución que marca que se prestó atención, sin adulaciones. Nosotros hicimos el disco sin una pretensión revolucionaria, lo hicimos con mucha sensibilidad y mucho amor para dejar en el disco lo mejor que teníamos, entonces está generando eso y está buenísimo.

Por Pablo Piris
Foto: Ana Torrent

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