miércoles, 28 de enero de 2015

90 años de Vitillo Ábalos en el Teatro del Globo

Publicado en Mayo de 2012 en Raíces del Folklore.

Vitillo Ábalos festejó sus 90 años en el Teatro del Globo, de la Asociación Biblioteca de Mujeres, en el mismo lugar en donde en el año 1939 junto con sus cuatro hermanos: (por orden de cigüeña) Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco debutaron en Buenos Aires con el espectáculo “Patios Provinciano”. Del tributo, que tuvo un recorrido por la historia musical de Vitillo y todos los Hermanos Ábalos, participaron más de veinte artistas en escena.

Alegre como siempre y bien dispuesto previo al su festejo Vitillo accede a sacarse fotos con cuanta persona se lo pide (son muchos y por momentos lo acosan), él responde con sonrisas y agradecimientos. Está alegre. Comenta: “año 1939, yo con 17 años, hace 73 años ya, vinimos con mis hermanos Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco aquí a este mismo teatro a actuar por primera vez en Buenos Aires. Hoy estoy contento de festejar mis primeros 90 años aquí mismo”. Bromea, cuenta anécdotas de aquel primer viaje y su vuelta a Santiago: “cuando volvimos a Santiago la gente nos recibió muy bien, en Plaza Aguirre tocamos para 300 personas, en aquel momento no había ni computadora, ni teléfono celular, ni televisión, todo de boca en boca, imagínese; cuando nos preguntó un periodista como nos fue en Buenos Aires le dijimos que muy bien, que tuvimos “tres días”... José, Ramón y Juan Díaz...” Vitillo se ríe, saluda con un zapateo y en seguida, cuando ve que llega uno de sus bisnietos corre a saludarlo y abrazarlo.

El festejo está por comenzar. Antes de que salga Vitillo, en una pantalla proyectan imagenes y videos de Los Hermanos Ábalos: Los Hermanos Ábalos zapateando, Los Hermanos Ábalos en Cosquín, y varias fotos: con el Papa Juan Pablo II, otras en varios lugares del mundo, etc. Cuentan el recorrido de estos enormes artistas, la gente los aplaude como si estuvieran allí. Y luego, tras el característico saludo musical que ahora hacen sus actuales músicos, aparece Vitillo, sonriente, agradeciendo la presencia de todos, reafirmando las palabras del presentador Miguel Simón cuando decía que junto a Vitillo estarían todos los Ábalos y contando aquella primera vez en Buenos Aires en 1939.

Luego de cantar dos canciones “Zamba de los yuyos” y “Santiagueño soy”, invitó al Gringo Bravo de Zamora a tocar el bombo y a Elvira Aguirrebarrena o como el cariñosamente la presenta: “Elvirita” su pareja desde “hace más de diecisiete años”. Juntos bailaron la zamba “Agitando pañuelos” y “Bailando con el bombisto”, son aplaudidos de pie, sonríen, agradecen. Tras un momento lleno de encanto, subió al escenario el director Nacional de Artes: José Luis Castiñeira de Dios, quién transmitió el saludo y la felicitación del secretario de Cultura de la Nación Jorge Coscia, y dijo: “Vitillo es una de las memorias vivas de la cultura argentina que ha emprendido a lo largo de toda su vida la defensa y la transmisión de las costumbres criollas”. En otros momentos del espectáculo también subieron al escenario personalidades como Antonio Rodríguez Villar presidente de la Academia de Folklore para entregarle un Diploma de Académico de Honor.

Es un compromiso difundir la música criolla, enseñarla. Con Los Hermanos Ábalos hemos tenido la posibilidad de llevarla por todo el mundo y legarla a los más jóvenes que son como esponjas, pienso que hay que hidratar la esponja de identidad argentina” expuso Vitillo.

Un momento sublime ocurrió cuando Vitillo tomó el bombo legüero e invitó a Hilda Herrera a que lo acompañe en el piano, los dos interpretaron “La 46” y “Por la cuesta del totoral”, en uno de los episodios artísticos de mayor vuelo de la velada. Junto a Marian Farías Gómez y en compañía en danzas del Ballet de Olavarría sonó “La chacarera del rancho”, Vitillo aquí recordó que dicha chacarera fue creada en 1960 en Mar del Plata y aprovechó para recordar a Enrique Farías Gómez: “Año 1933, en Santiago no había computadoras, televisión nada, entre Machaco y Machingo había diez años de diferencia, Machaco tenía 8, Machingo 18, ¿qué podíamos hacer?. En casa teníamos patio de tierra grande y a la tardecita venían Enrique Farías Gómez y bailaban y tocaban, Machaco y yo los más chicos mirábamos, éramos espectadores de lujo, aprendíamos”.

Después vino un “pentagrama musical” tal como lo presentaron Marcelo Simón y Stella Maris: Nancy Ábalos y su hija Rocío Sanjurjo en voces y Gabriel Luna en piano cantaron “Zambita para enamorar” y “La chacarera del sufrido”. Su sobrino-nieto Juan Manuel Gigena Ábalos, quién toca en Ciro y Los Persas, también saludó a Vitillo aunque no pudo plasmar el homenaje musical que tenía previsto debido a algunos inconvenientes con el sonido.

La versión de bailarín de Vitillo, volvió a desplegarse cuando Jorge Gordillo en violín, Quique Ponce en bandoneón, Paco Garrido en harmónica y el Gringo Bravo de Zamora en el bombo interpretaron “La juguetona”, aquí Vitillo bailó con Sabrina Di Salvo y Elvira Aguirrebarrena con Hugo Giménez, el director del Ballet Salta. Nuevamente Vitillo tomó el bombo y con su voz, en compañía de Mavi Díaz y Franco Luciani, fue el turnode la afamada zamba “Nostalgias santiagueñas”, mientras bailaba un Ballet del Aretz Transdepartamental del IUNA dirigido por el Profesor Rubén Suárez, en esta oportunidad Vitillo recordó a Hugo Díaz, aprovechando la presencia de su hija y otro gran harmonicista como lo es Luciani, para muchos una especie de “sucesor” de Hugo.

Un encuentro de dos grandes se produjo cuando apareció en las tablas Juan Carlos Saravia, juntos cantaron Chackaymanta. Verborrágico y agraciado como de costumbre, Saravia contó muchas anécdotas y afirmó que “Los Abalos son maestros de la música, con los discos de Los Abalos bailabamos y aprendiamos allá en Salta”. Un abrazo fraterno selló este encuentro monumental.

Ya acercándose al final, Suna Rocha subió a cantar “La de los angelitos” que contó con una introducción muy interesante del Gringo Bravo de Zamora: “está zamba la había hecho el Cachilo Díaz, y una tarde estábamos reunidos varios: Los Ábalos, los Díaz, Morenito Suárez, yo... tocaron esa chacarera que era simple y trunca, pero Morenito Suárez dijo que a esa chacarera le faltaba algo más, luego insistió con que debía ser doble y Adolfo Ábalos, ahí nomás, en el piano dijo '¿vos decís algo así?' y la tocó como se la conoce ahora. Esa chacarera terminó siendo doble y trunca, la primera doble y trunca y que tiene la particularidad de haber sido 'terminada, traducida' por alguien que no fue el autor”.

Ya para el final, el escenario del Teatro del Globo estaba pobladísimo, es que subieron Los Carabajal. Cuti, Kali, Walter, Musha, Blas, Roberto y Peteco interpretaron con Vitillo en el bombo - “mirá Cuti trajimos un bombisto nuevito para probar de Santiago” bromeó Musha - “Zamba de mi pago”, “La carbonera” y cerraron con ese himno santiagueño de Julio Argentino Jerez que es “Añoranzas”.

Saludo musical nuevamente y palabras de agradecimiento de Vitillo Ábalos cerraron la noche, inolvidable tanto para Vitillo como para todos los invitados. “Voy a guardar este momento para recordarlo cuando sea grande” sentenció Vitillo, perspicaz como siempre.

Entre los presentes se encontraban varias personalidades de la cultura que no quisieron faltar, entre ellos: Carlos Lastra (de Los Quilla Huasi), Ciro (ex Los Piojos), el poeta santiagueño Bebe Ponti, la cantante misionera María Ofelia, Víctor Pacheco (de Los 4 de Córdoba) y la cantante de tangos María José Ventana. Este festejo fue televisado a varios puntos del país por diversas señales y a través del sitio www.igualdadcultural.gov.ar, llevado a cabo por medio del Plan Nacional de Igualdad Cultural, de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Ministerio de Planificación Federal.

Por Pablo Piris
Fotos: Eduardo Fisicaro

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